Una licitación bien hecha

Paul Fontaine

El 18 de julio de 2008, Enacar S.A. llamó a una licitación pública por la concesión minera “Los Ríos de Curanilahue”, publicando el aviso para comprar las bases de licitación en el diario El Mercurio. Cinco empresas compraron las bases, entre ellos SWB, que se la adjudicó. Las bases estaban bien pensadas para fomentar la generación de empleo minero rápidamente en la zona. Exigían una cuantiosa boleta de garantía que sólo se devolvía si la empresa adjudicataria llegaba en 18 meses al manto de carbón y comenzaba la explotación comercial del mismo.



Por ello, a los 30 días de adjudicada la concesión comenzamos a hacer el chiflón principal y el de revuelta. En total, la empresa hizo 880 metros de túnel para llegar al manto de carbón. Demoró 15 meses, e invirtió $ 2.300 millones. Esta inversión se tuvo que hacer sin crédito bancario, ya que los bancos negaron financiamiento por ser política crediticia no prestar a empresas mineras de carbón. Al mes 17 la mina estaba en operación comercial con 280 mineros contratados. Solicitamos y accedimos a los subsidios Corfo que estaban disponibles en la zona para palear el alto desempleo de esa zona. La existencia de estos subsidios nos animaron a participar de esta licitación, con lo cual fue un acierto del gobierno de Michelle Bachelet instaurarlos. Los subsidios fueron obtenidos en la zona en forma regular, sin solicitudes extrañas, o tener que apelar a Santiago.

La mina está en su segundo año de producción, opera con tres turnos, cinco kilómetros de túneles, y 310 trabajadores contratados jornada completa. Es la única empresa minera de la zona que cumple con todas las normas técnicas y laborales. El negocio ha sido más difícil de lo que pensábamos, pero gratificante por lo agradecido que están los mineros de la oportunidad de trabajo digno.

El 30 de octubre 2008 fundamos la empresa Chilecar S.A. para comercializar el carbón que produciría nuestra mina, y para comprar y comercializar carbón de pirquineros de la Octava Región. Para ello instalamos la empresa en un loteo industrial de diez sitios que hizo la Corfo. Nos instalamos ahí para optar a un subsidio Corfo que existe para la zona que fomenta proyectos de inversión que dan empleo. Invertimos $ 1.400 millones en la empresa: chancadoras, cintas de lavado, pavimentos para almacenar carbón, oficinas, ramplas, pesas, camiones, cargadores frontales, etc. Esta empresa tiene contratados 78 trabajadores a jornada completa y opera con dos turnos. A Chilecar Corfo le negó el subsidio en diciembre de 2010, habiendo cumplido con los requisitos para optar a un subsidio de inversión en la zona. Corfo rechazó el subsidio por falta de experiencia y por el alto endeudamiento de la empresa. Luego de apelar, levantaron la causal de poco experiencia, manteniendo el rechazo por alta deuda, ya que los socios le tienen prestados $ 1.000 millones. En esta empresa tampoco nos prestaron los bancos por ser sector carbón. El motivo del rechazo es absurdo y ofrecimos capitalizar la empresa en lo que requerían. Hemos elevado el reclamo dentro de Corfo a Santiago sin respuesta clara. Es lamentable la forma como opera Corfo en este gobierno. No parece razonable que cambien ex post y unilateralmente las regalas del juego para subsidios que fomentan empleo. En el caso de Chilecar, rechazar el subsidio no tendría impacto, ya que las inversiones ya están hechas y el empleo creado. Pero es ilegítimo cambiar las reglas de juego, y entregar pretextos poco creíbles para no cumplir los compromisos del Estado.

En una próxima columna analizaré el lamentable espectáculo que ha dado y sigue dando Corfo vía Enacar y su “directorio” con la mina de carbón Carville. Llevan dos procesos de licitación anulados, parando la creación de empleo y cientos de millones a los contribuyentes.

Como empresario me iba mejor con los gobiernos de la Concertación. Aun así no me arrepiento de haber votado y apoyado a Piñera en segunda vuelta, ya que la alternancia en el poder es fundamental.